miércoles

Dos extraños seres en una fuente de Lavadores


Julio H. F. es un emigrante español, que a muy corta edad tuvo que viajar a Argentina, empujado por las circunstancias de aquella época. Prefiere mantener su identidad en reserva, debido a lo atípico de la experiencia que le tocó presenciar cuando contaba con solo trece años de edad.

En 1945, Julio vivía junto con sus padres en una casa situada en las afueras de la ciudad de Vigo (Pontevedra-España). A pesar de encontrarse en el extrarradio de Vigo, el barrio de Lavadores ya tenía por aquel entonces un aspecto típicamente urbano.
Junto a su casa, había situada una fuente de uso público (fue derribada hace algo más de una década), donde los vecinos de este barrio iban a buscar agua fresca o a lavar la ropa. Esta fuente está ubicada junto a la calle, dentro de un pequeño recinto al que se accede por una entrada sin puerta. En el interior está acondicionado un pequeño lavadero ubicado en la parte central.
rostros de los seres dibujados por el testigo.
Por encargo de su madre, y como tantas otras veces lo había hecho, Julio fue a buscar agua a esta fuente por la mañana. Apenas cruzó la entrada, vio algo que le dejó atónito, hasta tal punto que soltó de su mano el recipiente que llevaba. En la parte de atrás del lavadero había dos seres extrañamente vestidos, que hablaban entre si. Uno de ellos, el que estaba situado en la parte más interior, señalaba algo con su mano derecha extendida. Tenía el pelo muy largo y una tímida barba; y estaba vestido con una túnica, que a Julio le hizo recordar a "Jesucristo". Por el contrario, el otro estaba completamente calvo, y aunque también estaba vestido con una especie de túnica, le resaltaban aun más sus ojos. Como en tantos casos de observaciones de humanoides relacionados con OVNIs, estos tenían grandes ojos rasgados hacia atrás.
Julio quedó paralizado por la situación, y los seres, ante la presencia de Julio, murmuraron algo así como "no importa, es un niño". Acto seguido se esfumaron sin moverse de su sitio.
Presa del miedo, Julio volvió a casa sin el agua que su madre le había encargado, y aun tardó algún tiempo en volver a aquella fuente, por el impacto que le produjo aquella observación.
Años después, Julio le dio una interpretación casi religiosa, por el parecido de uno de los seres con la imagen popular de Jesús, y por ser en aquellas fechas la única referencia de explicación para sucesos de estas características. Sin embargo, y aunque está convencido de la realidad de su experiencia, este suceso no marco su vida ni produjo cambios en su forma de enfrentar y entender la vida.

jueves

Un “meteorito” volante no identificado


¿Un OVNI en Vigo? Alrededor de las 8,30 horas del 23 de noviembre de 1993, un objeto luminoso de color verde intenso cruzó el sur de la provincia de Pontevedra en dirección noroeste. Entre los numerosos testigos que presenciaron el fenómeno, se encontraban vecinos de Porriño, Mos, Vigo, Cangas y Bueu. Quienes pudieron ver el objeto con mayor claridad fueron un grupo de pescadores de varias embarcaciones que se encontraban faenando en las cercanías de la isla de Ons.
Emilio Otero y Benito Patiño, en 1993
Benito Patiño, patrón del Xamevedes, pudo observar el fenómeno junto con su tripulación, que se encontraba en el interior de la ría de Pontevedra. Él contaba así lo que vio: "Era de un color verde intenso y en la parte de atrás tenía luces amarillas y rojas, y dejaba una estela como la de un avión. Pasó muy rápido en dirección a la isla de Ons y muy cerca de la cumbre". La tripulación del Xamevedes alertó por radio a otros barcos para que pudieran observar el extraño fenómeno.
El Audaz II se encontraba en ese momento a cinco millas de Ons, en mar abierto. Desde esa posición, Emilio Otero -patrón del barco- vio como el objeto se perdía en altamar, aumentando por algunos instantes su luminosidad. Ambos testigos coinciden en afirmar que el objeto no varió en ningún momento su escasa altura, descartando la posibilidad de que descendiese. Otros muchos testigos observaron el fenómeno ese día, incluso de lugares tan dispares como el norte de Portugal, Santiago de Compostela o Palencia.
El único radar militar presente en Galicia, en la EVA 10 (Estación de Vigilancia Aérea Nº 10), no habría detectado la presencia de ningún objeto, aunque los responsables militares se negaron a hacer declaraciones en aquel momento. Sin embargo, años después se desclasificó un documento en el que se describe que un grupo de militares habría observado el fenómeno desde la entrada de la base militar.
Un teniente coronel -responsable de la Estación de Vigilancia Aérea-, un brigada, dos sargentos y un soldado vieron el mismo objeto que los pescadores de Bueu, aunque desde lo alto de la sierra de Barbanza.


“Aparece a los observadores trazo verde (aparentemente como bengala marina). A medida que cruza por el cielo, de izquierda a derecha, se aprecia el volumen de esta luz, circular ovalada, seguida de una cola en ignición, como fuego de artificio, de color blanco amarillento. Velocidad muy alta. Trayectoria paralela al suelo”. Así reza una de las descripciones del informe militar, que consta de 125 páginas de cuestionarios, descripciones de los testigos y otros detalles del avistamiento. Pero solo incluye los datos de los testigos militares, sin mención a otras personas que presenciaron el fenómeno. Sorprende que no se haya tenido en cuenta, ya que numerosos medios de comunicación locales se hicieron eco de la noticia.
El expediente militar concluye que “pudiera tratarse de un meteorito” y fue desclasificado el 24 de octubre de 1996.
Un meteorito, un misil que venía de Portugal, pruebas balísticas… El expediente sigue abierto.