Fue
en 1947 cuando los OVNIs se presentaron en sociedad, y a partir de esta fecha
surgieron cientos de asociaciones civiles en todo el mundo, dedicadas a la
investigación de los platillos volantes. Pero resulta curioso que dos años
antes, en 1945, cuando nadie conocía el fenómeno, cuando prácticamente nadie se
había interesado por estas manifestaciones que en aquel entonces no tenía
ninguna denominación específica, un gallego, meteorólogo de profesión, ya
recopilaba información de primera mano sobre observaciones de fenómenos
extraños en los cielos gallegos. Oscar Rey Brea comenzó a interesarse por los
fenómenos desconocidos cuando sus propios padres -el 15 de octubre de 1945-
fueron testigos de las evoluciones de un objeto desconocido por los cielos de
la capital gallega.
Años más tarde, cuando las noticias sobre platillos volantes llegaron a nuestro país y los avistamientos se hicieron más frecuentes, Oscar Rey mantuvo correspondencia con la práctica totalidad de los investigadores de la época, donde se perfiló como uno de los más lúcidos y rigurosos ufólogos de España, aunque también uno de los menos conocidos. Los trabajos de Rey Brea, tanto en la investigación de campo, como en los análisis y estudios estadísticos; constituyen un inmejorable punto de partida para quienes tomaron el relevo en la investigación.
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